Vida Sacerdotal - Sacerdotes en las encrucijadas de una época

El fraile que se enfrentó a Mao Ze Dong

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Seré mártir y volaré al cielo. Con estas sencillas palabras el franciscano alicantino Pascual Nadal Oltra se enfrentó hace setenta años a una columna de soldados del ejército comunista que, huyendo del ejército regular se dirigían a la leprosería del valle tibetano de Mosimién. No quiso abandonar a los enfermos que cuidaba desde hacía cinco años, una grave actitud por la que fue conducido hasta el mismísimo Mao Ze Dong, arrestado y decapitado con una espada. En el valle de Mosimién se le recuerda todavía y se le venera como un santo.

Campana en una iglesia ruralTodos le conocían como «fray Pascualet» y su historia ha sido ahora desempolvada por la vicepostulación de las Causas de los Santos de los franciscanos en Valencia, que se han puesto manos a la obra para investigar el martirio de este fraile alicantino, cuyo amor por los leprosos le llevó a estar en el lugar menos indicado en el momento más equivocado. El padre Benjamín Agulló, Vicepostulador de la Orden Franciscana, afirma que la investigación sobre los hechos que le llevaron a la muerte sigue todavía, a pesar de las dificultades en reunir testimonios orales y escritos por la oposición del gobierno.

Pascual Nadal Oltra nació en la localidad alicantina de Pego en 1884, estudio Bellas Artes en Valencia y a los 21 años ingresó en la orden franciscana en el monasterio de Santo Espíritu del Monte en Gilet. Pero fue la enfermedad de su madre la que comenzó a guiar su destino. Ingresada en el sanatorio de Fontilles aquejada de lepra, Fray Pascual cuidó de ella hasta su muerte, lo que le marcó para siempre. Poco después, y sensibilizado por esta enfermedad, pidió a sus superiores formar parte de la primera comunidad que partiría hacia China para fundar una leprosería en el Tíbet.

«Fray Pascualet», como ya entonces era conocido, desembarcó en China en 1930 y los siguientes cinco años centró todos sus esfuerzos en ayudar en la atención de los 125 enfermos ingresados en la leprosería.

En mayo de 1935 una columna del ejército comunista de Mao Ze Dong se dirigía hacia la leprosería franciscana en su huida hacia el noroeste de China. Ante la inminente llegada de las tropas, y conocedor del peligro que esto suponía, el superior de la leprosería dio permiso a los religiosos para abandonar el recinto. El fraile de Pego, otros tres franciscanos y tres religiosas se negaron a dejar solos a sus enfermos. «Si los comunistas son mis hermanos ¿por qué he de huir de ellos? Yo también los amo y de matarme me rendirían el mayor de los servicios. Seré mártir y volaré al cielo», cuentan que dijo el fraile.

Poco después, los soldados entraban en la residencia, saqueaban todo lo que se encontraban a su paso y detuvieron a los religiosos tras disparar a los leprosos que intentaron defenderlos.

Los franciscanos fueron conducidos ante Mao quien tras interrogarles liberó a cinco de ellos, pero hizo prisionero a «fray Pascualet» y al italiano Epifanio Pegoraro. El 4 de diciembre de 1935 un oficial se dirigió a la aldea de Leang Ho Kow, donde permanecían apresados los dos franciscanos, y les decapitó con una espada ante la mirada atónita de varios vecinos.

En 1986, las localidades natales de ´fray Pascualet" y del fraile italiano, Pego y Montecchio Maggiore, comenzaron a intercambiarse "visitas de hermanamiento". Además, en el convento franciscano de Pego se conserva un retrato de cerámica de su vecino, un busto en terracota, la pila en la que fue bautizado y una escultura que lo representa abrazando a su madre.

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