Durante los últimos días, he estado en Roma buscando consejo y ayuda. El centro de interés de mis encuentros ha sido el impacto en la opinión pública de los casos de abuso sexual de Shanley y otros, tanto en general como específicamente entre los fieles de mi diócesis.El hecho de que mi renuncia ha sido propuesta como necesaria fue parte de mi presentación.
He tenido la oportunidad de encontrarme con diversos oficiales de la Santa Sede. El Santo Padre gentilmente me ha recibido.
El Papa y aquellos otros con los que me he encontrado son verdaderamente conscientes de la gravedad de la situación. Es evidente para mí, que el primer énfasis de la Santa Sede, como el de la Iglesia en la Archidiócesis, es la protección de los niños.
Como fruto de mi estancia en Roma, regreso animado en mis esfuerzos de ofrecer una gestión tan eficaz como sea posible en asegurar, hasta donde sea humanamente posible, que ningún niño volverá a ser víctima de otro abuso por un sacerdote de esta Archidiócesis.
Es mi intención dirigir a fondo la gestión de estos casos mediante la revisión del pasado de un modo tan sistemático y exhaustivo como sea posible, de modo que las preguntas legítimas que se puedan formular, sean respondidas. Los medios que puedan aportar la Boston Catholic Televisión y The Pilot se usarán para hacer posible el registro de todos los casos.
Al mismo tiempo, como he escrito a mis hermanos sacerdotes el pasado viernes, "mi deseo es servir a esta Archidiócesis y a la entera Iglesia con toda la fibra de mi ser. Y esto lo continuaré haciendo mientras que Dios me dé la oportunidad".
Hecho público por la Oficina de información de la Santa Sede. Original en inglés.