Oraciones por la paz

Publicado en Oraciones para sacerdotes

Ofrecemos una selección de oraciones por la paz pronunciadas por los Romanos Pontífices recientes en diversas ocasiones.

Al final de este artículo el lector podrá ver enlaces de descarga de estas oraciones en formato epub y pdf.

Oración del Papa Francisco para pedir por la paz en Ucrania

Perdónanos la guerra, Señor.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros pecadores.
Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, muerto en brazos de la madre en un bunker de Járkov, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, enviado veinteañero al frente, ten piedad de nosotros.
Señor Jesús, que ves todavía las manos armadas en la sombra de tu cruz, ¡ten piedad de nosotros!

Perdónanos Señor,
perdónanos, si no contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas.
Perdónanos, si estas manos que habías creado para custodiar, se han transformado en instrumentos de muerte.
Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestros hermanos, perdónanos si seguimos como Caín quitando las piedras de nuestro campo para matar a Abel.
Perdónanos, si seguimos justificando con nuestro cansancio la crueldad, si con nuestro dolor legitimamos la brutalidad de nuestras acciones.
Perdónanos la guerra, Señor. Perdónanos la guerra, Señor.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ¡te imploramos! ¡Detén la mano de Caín!
Ilumina nuestra conciencia,
no se haga nuestra voluntad,
¡no nos abandones a nuestras acciones!
¡Detennos, Señor, detennos!
Y cuando hayas parado la mano de Caín, cuida también de él. Es nuestro hermano.
Oh Señor, ¡pon un freno a la violencia!
¡Detennos, Señor!

Amén.

Oración pronunciada por el Papa Francisco al final de la Audiencia General del 16 de marzo de 2022 y compuesta por un Obispo italiano.

Oración del Papa Francisco por la paz

Señor Jesús,
adoramos tu cruz,
que nos libra del pecado, origen de toda división y de todo mal;
anunciamos tu resurrección,
que rescata al hombre de la esclavitud del fracaso y de la muerte;
esperamos tu venida gloriosa,
que realiza el cumplimiento de tu reino de justicia, de gozo y de paz.

Señor Jesús,
por tu gloriosa pasión,
vence la dureza de los corazones, prisioneros del odio y del egoísmo;
por el poder de tu resurrección,
arranca de su condición a las víctimas de la injusticia y de la opresión;
por la fidelidad de tu venida,
confunde a la cultura de la muerte y haz brillar el triunfo de la vida.

Señor Jesús,
une a tu cruz los sufrimientos de tantas víctimas inocentes:
los niños, los ancianos, los cristianos perseguidos;
envuelve con la luz de la Pascua a quienes se encuentran profundamente heridos:
las persone abusadas, despojadas de su libertad y dignidad;
haz experimentar la estabilidad de tu reino a quienes viven en la incertidumbre:
los exiliados, los refugiados y quienes han perdido el gusto por la vida.

Señor Jesús,
extiende la sombra de tu cruz sobre los pueblos en guerra:
que aprendan el camino de la reconciliación, del diálogo y del perdón;
haz experimentar el gozo de tu resurrección a los pueblos desfallecidos por las bombas:
arranca de la devastación a Iraq y Siria;
reúne bajo la dulzura de tu realeza a tus hijos dispersos:
sostén a los cristianos de la diáspora y concédeles la unidad de la fe y del amor.

Virgen María, reina de la paz,
tú que estuviste al pie de la cruz,
alcánzanos de tu Hijo el perdón de nuestros pecados;
tú que nunca dudaste de la victoria de la resurrección,
sostén nuestra fe y nuestra esperanza;
tú que has sido constituida reina en la gloria,
enséñanos la majestad del servicio y la gloria del amor.

Amén.

Oración pronunciada en la iglesia católica caldea de San Simón Bar Sabbae, Tiflis (Georgia), 30 de septiembre de 2016.

Oración de San Juan Pablo II para el Día Mundial de la Paz

Oh, Dios, Creador del universo,
que extiendes tu preocupación paternal sobre cada criatura
y que guías los eventos de la historia a la meta de la salvación;
nosotros reconocemos tu amor paternal
que a pesar de la resistencia de la humanidad
y, en un mundo dividido por la disputa y la discordia,
Tú nos haces preparar para la reconciliación.
Renueva en nosotros las maravillas de tu misericordia;
envía tu Espíritu sobre nosotros,
para que él pueda obrar en la intimidad de nuestros corazones;
para que los enemigos puedan empezar a dialogar;
para que los adversarios puedan estrecharse las manos;
y para que las personas puedan encontrar entre sí la armonía.
Para que todos puedan comprometerse en la búsqueda sincera
por la verdadera paz; para que se eliminen todas las disputas,
para que la caridad supere el odio,
para que el perdón venza el deseo de venganza.

Oración pronunciada el Día Mundial de la Paz, 1 de enero de 2002.

Oración por Tierra Santa de San Juan Pablo II

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9). Desde este lugar, tan desfigurado por la guerra, deseo elevar mi corazón y mi voz con una oración por la paz en Tierra Santa y en el mundo entero. La paz auténtica es un don de Dios. Nuestra apertura a este don exige una conversión del corazón y una conciencia obediente a su Ley. Pensando en las tristes noticias de los conflictos y de las muertes que incluso hoy llegan de Gaza, mi oración se hace más intensa.

Dios de infinita misericordia y bondad,
con corazón agradecido te invocamos hoy
en esta tierra que en otros tiempos recorrió san Pablo.
Proclamó a las naciones la verdad de que en Cristo
Dios reconcilió al mundo consigo (cf. 2 Co 5, 19).

Que tu voz resuene en el corazón
de todos los hombres y mujeres,
cuando los llames a seguir
el camino de reconciliación y paz,
y a ser misericordiosos como tú.

Señor, tú diriges palabras de paz a tu pueblo
y a todos los que se convierten a ti
de corazón (cf. Sal 85, 9).
Te pedimos por los pueblos de Oriente Próximo.
Ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división
y a construir juntos un mundo de justicia y solidaridad.

Señor, tú creas cielos nuevos
y una tierra nueva (cf. Is 65, 17).
Te encomendamos a los jóvenes de estas tierras.
En su corazón aspiran a un futuro más luminoso;
fortalece su decisión de ser hombres y mujeres de paz
y heraldos de una nueva esperanza para sus pueblos.

Padre, tú haces germinar
la justicia en la tierra (cf. Is 45, 8).
Te pedimos por las autoridades civiles de esta región,
para que se esfuercen por satisfacer
las justas aspiraciones de sus pueblos
y eduquen a los jóvenes en la justicia y en la paz.
Impúlsalos a trabajar generosamente por el bien común
y a respetar la dignidad inalienable de toda persona
y los derechos fundamentales que derivan
de la imagen y semejanza del Creador
impresa en todo ser humano.

Te pedimos de modo especial
por las autoridades de esta noble tierra de Siria.
Concédeles sabiduría, clarividencia y perseverancia;
no permitas que se desanimen en su ardua tarea
de construir la paz duradera,
que anhelan todos los pueblos.

Padre celestial,
en este lugar donde se produjo
la conversión del apóstol san Pablo,
te pedimos por todos los que creen
en el evangelio de Jesucristo.
Guía sus pasos en la verdad y en el amor.
Haz que sean uno,
como tú eres uno con el Hijo y el Espíritu Santo.
Que testimonien la paz
que supera todo conocimiento (cf. Flp 4, 7)
y la luz que triunfa sobre las tinieblas de la hostilidad,
del pecado y de la muerte.

Señor del cielo y de la tierra,
Creador de la única familia humana,
te pedimos por los seguidores de todas las religiones.
Que busquen tu voluntad
en la oración y en la pureza del corazón,
y te adoren y glorifiquen tu santo nombre.
Ayúdales a encontrar en ti
la fuerza para superar el miedo y la desconfianza,
para que crezca la amistad y vivan juntos en armonía.

Padre misericordioso,
que todos los creyentes
encuentren la valentía de perdonarse unos a otros,
a fin de que se curen las heridas del pasado
y no sean un pretexto
para nuevos sufrimientos en el presente.

Concédenos que esto se realice
sobre todo en Tierra Santa,
esta tierra que bendijiste
con tantos signos de tu Providencia
y donde te revelaste como Dios de amor.

 

A la Madre de Jesús,
la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos
a los hombres y a las mujeres
que viven en la tierra donde vivió Jesús.
Que, al seguir su ejemplo, escuchen la palabra de Dios
y tengan respeto y compasión por los demás,
especialmente por los que son diversos de ellos.
Que, con un solo corazón y una sola mente,
trabajen para que el mundo sea
una verdadera casa para todos sus pueblos.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!

Amén.

Al terminar, deseo expresar mi aprecio a la Fuerza internacional destacada aquí. Vuestra presencia es un signo de la decisión de la comunidad internacional de contribuir a que llegue pronto el día en que reine la armonía entre los pueblos, las culturas y las religiones de esta área. Dios todopoderoso os proteja y sostenga vuestros esfuerzos.

Oración pronunciada por el Papa San Juan Pablo II en la iglesia greco-ortodoxa de Quneitra, en los Altos del Golán en el sudoeste de Siria, lunes 7 de mayo de 2001.

Oración por la paz de San Juan Pablo II

Y al Creador de la naturaleza y del hombre, de la verdad y de la belleza, suplico:

Escucha mi voz, pues es la voz de las víctimas de todas las guerras y de la violencia entre los individuos y las naciones.

Escucha mi voz, pues es la voz de todos los niños que sufren y sufrirán cuando las gentes pongan su fe en las armas y en la guerra.

Escucha mi voz cuando te ruego que infundas en el corazón de todos los hombres la sabiduría de la paz, la fuerza de la justicia y la alegría de la confraternidad.

Escucha mi voz, pues hablo por las multitudes de todos los países y de todos los períodos de la historia que no quieren la guerra y están preparados a caminar por sendas de paz.

Escucha mi voz y concédenos discernimiento y fortaleza para que podamos responder siempre al odio con amor, a la injusticia con la dedicación total a la justicia, a la necesidad compartiendo de lo propio, a la guerra con la paz.

¡Oh Dios! Escucha mi voz y concede en todo el mundo tu eterna paz.

Oración pronunciada en Hiroshima (Japón),el miércoles 25 de febrero de 1981

Oraciones pedir por la paz en formato pdf:

Libro electrónico para contemplar a Dios en formato epub, que incluye estas oraciones: