Hay algunos colegas que para escribir sobre la Iglesia agarran las gafas negras de la guantera del coche y, así, claro, escriben lo que escriben. Como lo ven todo negro en esto de la Religión, vierten esa negrura vital en las crónicas que aparecen en sus medios. Antes de ayer era El País el que afirmaba que los cardenales estadounidenses iban a solicitar al Papa el fin del celibato y la admisión del sacerdocio femenino. Por mucho que he rastreado entre las noticias de agencias, no he logrado encontrar nada. Y lo mismo pasa con esa sesuda campaña mediática que busca enfermizamente que el Papa dimita. Llevan diez años aburriéndonos con lo mismo, y ese adorable anciano ya lo ha dejado bien clarito: «La Iglesia se gobierna con la cabeza, no con los pies». Y así parecen entenderlo los cardenales estadounidenses, que ante la grave crisis que sacude la Iglesia del «país del imperio» -por clara dejación de funciones de gobierno en los casos de pederastia-, han acudido al Papa para solicitar «una señal fuerte» que logre limpiar esos lodos. Y . Les ha dicho a los prelados yanquis que «tolerancia cero» con los sacerdotes que cometen estas aberraciones; diligencia y rapidez en bloquear esos casos; transparencia informativa y judicial; petición pública de perdón por omisión, y un plan para que no se vuelva a repetir. Chapeau. Y eso que está enfermo y viejo.
Fuente: La Razón Digital, Madrid, miércoles, 24 de abril de 2002